Había una vez un niño llamado Juan, que vivía en un pequeño pueblo con sus padres. Juan siempre había querido tener un hermano con quien jugar y compartir sus aventuras, pero sus padres no podían tener más hijos. Cada año, en Navidad, Juan escribía una carta a Santa Claus pidiéndole un hermanito. Y cada año, Santa Claus le respondía diciendo que haría todo lo posible para traerle un hermano, pero que no podía garantizar nada. Finalmente, la Navidad de Juan llegó y él escribió su carta a Santa Claus como siempre. Este año, sin embargo, su carta era diferente. En ella, Juan explicaba lo mucho que quería tener un hermano y cómo prometía cuidarlo y jugar con él todos los días. La mañana de Navidad, Juan se despertó temprano y corrió a abrir sus regalos. Entre ellos, había una caja grande y pesada. Con curiosidad, Juan abrió la caja y descubrió un hermoso muñeco de nieve con una nota de Santa Claus que decía: "Feliz Navidad, Juan. Espero que te guste tu nuevo hermano de nieve. ¡Cuída
Había una vez un niño llamado Juan. Juan vivía en un pequeño pueblo y siempre había deseado tener una bicicleta. Sin embargo, su familia era muy pobre y no podían permitirse comprarle una. Cada día, Juan veía a otros niños de su edad montando sus bicicletas por el pueblo, sintiendo un gran anhelo por tener una propia. Soñaba con pedalear por las calles, sintiendo el viento en su rostro y explorando lugares nuevos. Pero Juan no se daba por vencido, él sabía que si trabajaba duro podría conseguir su bicicleta. Así que comenzó a buscar trabajos para ganar dinero. Primero comenzó a ayudar en la tienda de comestibles del pueblo, luego se ofreció para cuidar los jardines de algunos vecinos, y finalmente encontró un trabajo como repartidor de periódicos. Con el tiempo, Juan ahorró suficiente dinero para comprar su deseada bicicleta. Fue la bicicleta más hermosa que había visto, con un cuadro azul brillante y ruedas negras. Juan estaba tan emocionado de tener su propia bicicleta, que inmediata